
Juan Pablo Castillo A. Comunicólogo/ Politicomms
Según Sartori (2005), la comunicación política electoral representa el arte de transmitir mensajes que influyen en las actitudes y comportamientos de los ciudadanos hacia el proceso electoral. En Guatemala, el año 2023 ha presenciado un proceso electoral marcado por la indignación y descontento de la población debido a la…
Según Sartori (2005), la comunicación política electoral representa el arte de transmitir mensajes que influyen en las actitudes y comportamientos de los ciudadanos hacia el proceso electoral. En Guatemala, el año 2023 ha presenciado un proceso electoral marcado por la indignación y descontento de la población debido a la corrupción, la crisis institucional y el abuso de poder por parte del gobierno de Alejandro Giammattei. Sin embargo, en medio de esta tormenta política, el partido Movimiento Semilla sorpresivamente, y luego de no figurar tan siquiera en los primeros cinco escalones en encuestas como CID Gallup, TResearch, entre otras, ha avanzado a la segunda vuelta electoral, dejando atónitos a sus oponentes y al propio gobierno, quienes han intentado deslegitimar el proceso y perseguir implacablemente a sus candidatos. Entre tantas dudas y desinformación surge una gran interrogante ¿Cómo es que Movimiento Semilla ha capturado la atención de toda la nación y ha despertado la esperanza de un cambio radical en Guatemala? ¿Qué explica el éxito de Movimiento Semilla? ¿Cómo ha sabido capitalizar las emociones colectivas de los guatemaltecos? ¿Qué desafíos enfrenta si llega al poder?, todas estas interrogantes son analizadas en este artículo.
El Movimiento Semilla, se estableció como organización política en 2017 y un año después obtuvo la categoría de partido político. Su propuesta se ha sustentado en ejes fundamentales como la equidad, el pluralismo y la renovación de la democracia. Desde la visión de sus fundadores, Semilla se proyectó al inicio como una propuesta socialdemócrata sin embargo a lo interno, la posición política del partido ha sido objeto de debate, caracterizándose por ser un proyecto progresista en el sentido amplio, sin definirse a un modelo concreto.
Cabe reconocer que Movimiento Semilla ha logrado, a través de varios factores, conectar con el sentir colectivo de los guatemaltecos que están hartos de la corrupción y la impunidad, una ciudadanía que está desesperadamente en la búsqueda de una alternativa política diferente, honesta y transparente como respuesta a la crisis de Estado.
En este contexto, es importante resaltar un enunciado recurrente en el debate académico sobre comunicación política, el cual plantea que la credibilidad en los partidos políticos depende de la congruencia entre lo que prometen y lo que cumplen, así como de la capacidad de respuesta que tienen ante las necesidades y expectativas de los ciudadanos (Hernández, Martínez, & Pérez, 2016). Dicho en otras palabras, la política se comunica con acciones.
Desde sus inicios, Movimiento Semilla surge de la indignación y búsqueda de soluciones a la corrupción perpetrada en las instituciones del Estado. Es por ello que su discurso anti-corrupción en esta contienda electoral resurge con fuerza y ha calado en las redes sociales, donde ha tenido una presencia constante y activa, generando simpatía y apoyo de forma orgánica y espontánea. Además, ha logrado movilizar a sectores sociales que tradicionalmente se habían abstenido o anulado su voto, como el caso específico de los jóvenes; cabe reconocer que una buena parte es gracias a la participación política del sector juvenil en los espacios de organización y de postulación de candidaturas dentro del partido.
Por otro lado, sus oponentes han cometido varios errores que han beneficiado a Movimiento Semilla y lo han ido colocando como la opción de la mayoría. El partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que quedó en primer lugar en la primera vuelta electoral, ha intentado descalificar a Movimiento Semilla con acusaciones infundadas de fraude y comunismo. Estas estrategias han sido rechazadas por la ciudadanía, que las ve como una muestra de desesperación y falta de propuestas. Sumado a esto, el Ministerio Público ha iniciado una investigación al partido por supuestos delitos electorales. Estas acciones han provocado más indignación en la población, que las percibe como una forma de persecución política y una amenaza a la democracia.
Si Movimiento Semilla logra ganar la segunda vuelta electoral, tendrá el reto de cumplir con las expectativas de cambio y transformación que ha generado en la sociedad. Para ello, deberá tomar en cuenta el sentimiento colectivo que lo llevó al poder, y establecer un sistema de gobierno abierto y una gobernanza transparente. El gobierno abierto es una forma de gobernanza que promueve los principios de transparencia, integridad, rendición de cuentas y participación ciudadana en apoyo de la democracia y el crecimiento inclusivo (Habermas, 1985).
Un gobierno abierto y una gobernanza efectiva permitirían a Movimiento Semilla fortalecer la confianza y la legitimidad de su gestión, así como mejorar la calidad y la eficiencia de los servicios públicos. También facilitarían la colaboración y el diálogo con los diferentes sectores sociales, económicos y políticos del país, buscando consensos y soluciones a los problemas comunes. De esta manera, desde el ejecutivo podría responder a los anhelos y necesidades colectivas de una Guatemala sana, limpia y digna.
La congruencia entre promesas y acciones en la política es un pilar fundamental para construir una identidad sólida y creíble, como bien destaca el experto en comunicación política Mario Riorda (2011). Sin embargo, el éxito del Movimiento Semilla ha estado salpicado por controversias y acciones poco democráticas dentro de sus propias filas.
Un ejemplo evidente es el caso de Juan Alberto Fuentes Knight, uno de los mentores y fundadores del partido. Con la noble intención de establecer una opción política con institucionalidad y bases sólidas, Fuentes Knight, economista y académico, vio ensombrecida su imagen por una injusta vinculación al caso Transurbano, liderado por la entonces fiscal general Thelma Aldana. Su captura en febrero de 2018 generó una triste falta de solidaridad, lealtad y transparencia por parte del Movimiento Semilla, en una clara contradicción con sus valores y principios de lucha contra la corrupción. Esta incoherencia al ser poco visible ante la opinión pública evitó que se desencadenara críticas o se erosionara la credibilidad ante la ciudadanía, sin embargo rompió la cohesión interna del partido. Como subraya el politólogo Manuel Alcántara (2004), la confianza y la credibilidad son esenciales para establecer vínculos sólidos entre los actores políticos y los ciudadanos.
Aunque Thelma Aldana recibió reconocimiento por su labor al frente del Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) en la lucha contra la corrupción, sus intenciones de participar como candidata presidencial por el mismo partido que Fuentes Knight fundó y lideró pudo generar duras críticas. La ex fiscal fue señalada por politizar la justicia en Guatemala y enfrentó denuncias por supuestos actos ilícitos durante su gestión. A pesar de estas acusaciones, el Movimiento Semilla respaldó firmemente a Aldana y cuestionó la legitimidad de las instituciones que la investigaban, mostrando una falta de coherencia en su actuar. Esta postura no ha tenido mayor atención y ha dejado pocas dudas sobre la ética y responsabilidad del partido que ha corrido con suerte de proyectar positivamente la imagen del Movimiento Semilla ante el electorado.
La importancia de la coherencia entre promesas y acciones no puede subestimarse, ya que es la base para construir la confianza del pueblo y mantener la solidez de una identidad política. El camino hacia la credibilidad y el apoyo ciudadano exige que los partidos se rijan por principios sólidos y transparencia, evitando las contradicciones y controversias que puedan socavar su impacto en la sociedad.

Como señala el experto en comunicación política Phillip Kitley, «en un entorno político competitivo, es esencial diferenciarse de los demás actores para captar la atención y el apoyo del electorado» (Kitley, 2012). El Movimiento Semilla ha utilizado como estrategia el aprovechamiento del legado político de Bernardo Arévalo, hijo del expresidente Juan José Arévalo.
Bernardo Arévalo, sociólogo, diplomático y parte de los fundadores de Movimiento Semilla se convirtió en el candidato presidencial del partido para las elecciones de 2023, buscando generar confianza y simpatía entre los votantes gracias a la historia política de su familia.
El partido ha tomado dentro de la comunicación de su campaña el concepto creativo de la primavera democrática que se dio en Guatemala de 1944 a 1954. Esta ascendencia política ha sido utilizada para generar confianza y simpatía entre los votantes, presentando al presidenciable como una opción con un legado de cambio y transformación en el país.
Sin embargo, es esencial que el Movimiento Semilla no se conforme únicamente en el aprovechamiento del legado político de Bernardo Arévalo para asegurar su éxito a largo plazo.
Si bien el legado familiar de Arévalo puede ser un activo valioso para generar confianza y simpatía entre los votantes, es igualmente importante que el partido se enfoque en definir propuestas concretas y acciones claras que aborden los problemas y necesidades actuales de los guatemaltecos.
La sólida posición del Movimiento Semilla en las encuestas no debe llevar a la complacencia, sino a la búsqueda constante de innovación y la presentación de ideas frescas que respondan a los desafíos contemporáneos del país. La política es un terreno competitivo, y es fundamental que el partido se diferencie de sus oponentes al ofrecer soluciones viables y relevantes que reflejen una visión clara para el futuro de Guatemala.
Aprovechar el legado político de la familia Arévalo puede servir como base, pero el éxito a largo plazo dependerá de la capacidad del Movimiento Semilla para construir un proyecto sólido y sustentado en propuestas bien fundamentadas. Los ciudadanos anhelan líderes políticos que no solo se apoyen en el pasado, sino que también se enfoquen en la elaboración de planes concretos que aborden los problemas de corrupción, la crisis institucional y otros desafíos que enfrenta la nación.
Desde una perspectiva de comunicación política, podemos resumir entonces que el éxito del Movimiento Semilla en Guatemala se ha basado en su habilidad para gestionar las percepciones y capitalizar las emociones colectivas, especialmente el sentimiento de indignación ante la corrupción y la falta de transparencia en el país. Han sabido canalizar esta indignación en una esperanza de cambio, lo que les ha permitido crecer de manera orgánica y espontánea y ha generado una gran expectativa a través del legado familiar de su candidato presidenciable. Poco ha impactado las inconsistencias y acciones poco democráticas en la dinámica interna del partido.
Si el Movimiento Semilla logra llegar al poder, deberá tomar en cuenta el sentimiento colectivo que lo llevó hasta allí. Deberá establecer un sistema de gobierno abierto y una gobernanza transparente para no defraudar a la población que ha depositado su esperanza en ellos. La confianza y la credibilidad son elementos esenciales en la comunicación política y las campañas electorales, y si el Movimiento Semilla no logra mantenerlos estando en el poder, corre el riesgo de perder el apoyo y la legitimidad que ha ganado hasta ahora por parte de la población, un desgaste que puede generar una crisis mayor al tener muchos detractores y una oposición fuerte en el Legislativo.
La democracia guatemalteca necesita opciones políticas sólidas y coherentes que sean capaces de responder a las demandas y necesidades de la población. La gestión de la comunicación estratégica en el Movimiento Semilla, con sus aciertos y errores, es un ejemplo de cómo la forma en que un partido se comunica puede tener un impacto significativo en su éxito y su legitimidad democrática. Es responsabilidad de todos los actores políticos y de la sociedad en general estar atentos a estas dinámicas y promover un debate público informado y reflexivo que fortalezca la democracia en Guatemala.
Referencias:
- Sartori, G. (2005). ¿Qué es la democracia? México: Taurus.
- Hernández, M. del C., Martínez, M. G., & Pérez, M. del R. (2016). Credibilidad en los partidos políticos. Boletín Científico de las Ciencias Sociales y Humanidades del ICBI, (4).
- Alcántara, M. (2004). La construcción de la confianza y la credibilidad en la comunicación política. Revista Internacional de Pensamiento Político, 1(1), 15-30.
- Kitley, P. (2012). Estrategias de comunicación política en campañas electorales. Editorial Trotta.
- Riorda, M. (2011). La comunicación política. Promesas y desafíos para la democratización de América Latina. Editorial Gedisa. Habermas, J. (1985). Conciencia moral y acción comunicativa. Barcelona: Península