Comunicación Política para un Gobierno Cercano

Del gabinete de prensa al Centro Estratégico de Gobernanza Narrativa: por qué la comunicación pública necesita un salto evolutivo en Guatemala

Por Juan Pablo Castillo — Politicomms

En 1927, Harold Lasswell definió la propaganda como “la gestión de actitudes mediante la manipulación de símbolos” (Lasswell, 1927). Casi un siglo después, muchos gobiernos —incluidos sucesivos gabinetes guatemaltecos— aún reproducen aquel paradigma: voceros reactivos, boletines unidireccionales y campañas que miden su éxito en cantidad de impactos, no en legitimidad pública. El resultado es predecible: cada crisis reabre la duda de si la comunicación estatal sirve a la ciudadanía o apenas pule la imagen de turno.

Narrar es gobernar

Investigaciones recientes sobre strategic narratives han evidenciado que el poder se ejerce hoy a través de historias que dotan de sentido al cambio político, económico o tecnológico (Miskimmon, O’Loughlin & Roselle, 2013). Manuel Castells (2009) lo plantea de manera aún más clara: quien controla los flujos de información controla los marcos mentales desde los cuales se interpreta la realidad.

En el campo de las políticas públicas, el Narrative Policy Framework ha demostrado que los relatos no son un simple envoltorio comunicacional: son estructuras cognitivas que configuran coaliciones, decisiones y resultados (Jones & McBeth, 2010). No basta con informar: se requiere una gobernanza narrativa, es decir, la capacidad institucional de escuchar, curar datos y producir historias verificables que orienten la acción colectiva.

Viejas prácticas, viejos límites

Durante décadas, la comunicación gubernamental en Guatemala —como en muchas otras democracias emergentes— ha estado marcada por tres vicios estructurales:

  • Fragmentación ministerial: cada cartera compite por titulares sin coordinación central. El ciudadano recibe versiones contradictorias de un mismo hecho, mientras el ecosistema digital amplifica rumores y narrativas alternativas.
  • Personalismo en la vocería: cuando cambia el portavoz, cambia el estilo, el tono e incluso la lógica de la estrategia. Sin procesos estandarizados, la política comunicacional depende del carácter individual y no de una institucionalidad sólida.
  • Reactividad crónica: el ciclo noticioso actual exige respuestas en tiempo real, pero las oficinas de prensa aún piensan en función de comunicados formales, muchas veces tardíos o irrelevantes.

El resultado acumulado es un déficit de confianza, lo que Mark Bovens (2007) define como una erosión de la legitimidad cuando los mecanismos de rendición de cuentas son insuficientes o poco comprensibles para la ciudadanía.

El caso internacional: señales de ruta

Diversos países han iniciado la transición hacia modelos de comunicación institucional modernos, integrales y basados en evidencia:

  • Reino Unido: el Government Communication Service opera con estándares de evaluación obligatoria, desarrollo profesional continuo y principios de transparencia estratégica (GCS, 2020).
  • Estonia: convirtió la narrativa digital en política de Estado. Su modelo once only (“entregue su información una sola vez”) facilitó una comunicación proactiva y transparente durante la pandemia (Kalvet & Toots, 2020).
  • Chile: a través de iniciativas como GobLab UAI y ChileAtiende, se han implementado modelos de cocreación ciudadana que integran datos abiertos, diseño de servicios y comunicación basada en experiencia de usuario (Luna-Reyes & Gil-García, 2020).

Estos ejemplos tienen un mensaje en común: la comunicación deja de ser periférica y se convierte en una infraestructura estratégica de gobernabilidad.

Propuesta: Centro Estratégico de Gobernanza Narrativa (CEGN)

A partir de esta evidencia, propongo la creación de un Centro Estratégico de Gobernanza Narrativa (CEGN) como unidad especializada de alto nivel, con autonomía técnica y anclaje transversal en el sistema presidencial. Sus funciones incluirían:

  • Inteligencia de escucha activa 24/7: sistemas semánticos capaces de identificar patrones discursivos emergentes, focos de desinformación y cambios en el clima de opinión pública en tiempo real.
  • Red interministerial de relato: coordinación de vocerías, protocolos comunes de crisis y tableros comparables de impacto comunicacional.
  • Laboratorio de cocreación ciudadana: curaduría de testimonios reales y validados que refuercen la legitimidad de las políticas desde la experiencia del usuario.
  • Plataforma de datos abiertos narrables: visualización de indicadores clave acompañados de microhistorias comprensibles, accesibles e inclusivas.
  • Escuela de vocerías públicas y ética comunicacional: formación técnica permanente en narrativa estratégica, transparencia y servicio civil.

Este CEGN no sería un war room coyuntural, sino un dispositivo institucional diseñado para cultivar una cultura política basada en evidencia, participación y confianza.

Hacia una nueva cultura política guatemalteca

Guatemala ha vivido aperturas democráticas, retrocesos autoritarios, estallidos ciudadanos y promesas de refundación. En todas ellas, la comunicación ha oscilado entre la propaganda y el silencio. Hoy, ante una ciudadanía más exigente y un ecosistema informativo mucho más volátil, es momento de dar un salto estructural.

Una verdadera cultura política democrática requiere un nuevo tipo de comunicación pública: una que anticipe, escuche, explique y construya sentido colectivo. El Centro Estratégico de Gobernanza Narrativa es una propuesta concreta para lograrlo. Basado en evidencia académica, aprendizajes internacionales y la experiencia acumulada en nuestra región, puede convertirse en el pilar que articule una nueva legitimidad democrática.

No se trata de comunicar mejor lo que se hace. Se trata de gobernar desde la confianza, y para ello, hay que contar mejores historias… basadas en hechos.


Referencias

Bovens, M. (2007). Analysing and assessing public accountability: A conceptual framework. European Law Journal, 13(4), 447–468. https://doi.org/10.1111/j.1468-0386.2007.00378.x

Castells, M. (2009). Communication power. Oxford University Press.

Government Communication Service (GCS). (2020). Government Communication Plan 2020/21. Cabinet Office, UK. https://gcs.civilservice.gov.uk

Jones, M. D., & McBeth, M. K. (2010). A narrative policy framework: Clear enough to be wrong? The Policy Studies Journal, 38(2), 329–353. https://doi.org/10.1111/j.1541-0072.2010.00364.x

Kalvet, T., & Toots, M. (2020). Digital transformation of government: The case of Estonia. In Gil-García, J. R. (Ed.), Government Digital Transformation: Beyond Digitization (pp. 115–130). Springer.

Lasswell, H. D. (1927). Propaganda Technique in the World War. MIT Press.

Luna-Reyes, L. F., & Gil-García, J. R. (2020). Co-creating public value through digital government. Government Information Quarterly, 37(2), 101414. https://doi.org/10.1016/j.giq.2020.101414

Miskimmon, A., O’Loughlin, B., & Roselle, L. (2013). Strategic narratives: Communication power and the new world order. Routledge.